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Hacerse una buena manicura no es solo cuestión de cortarse y limarse las uñas. Para empezar, el resto de las manos también necesita algo de cariño. Con esmero y las herramientas adecuadas, puedes obtener resultados de salón en casa (lo que también se traducirá en un ahorro económico). Esto es lo que recomiendan los expertos para lucir unas uñas sanas y cuidadas, aunque no estén pintadas.
1. Crea una base limpia
Primero, elimina los restos de esmalte que puedas tener. La artista de uñas Betina Goldstein, afincada en Los Ángeles, sugiere los quitaesmaltes a base de aceite de Karma Organics; la acetona, el ingrediente clave de muchos otros productos, puede resecar las uñas. Y si te manchas la piel al quitarte colores especialmente oscuros, la artista de uñas Megumi Yamamoto, radicada en Nueva York, recomienda aplicar primero aceite para cutículas en la piel que rodea la uña.
A continuación, límpiate las manos con agua y jabón o con un desinfectante de manos. La solución limpiadora favorita de Yamamoto es Sea Breeze, que “no reseca demasiado y huele muy fresca”, dijo. Aunque remojar los dedos en agua es un paso habitual en muchos salones de belleza, Yamamoto y Goldstein aconsejan no hacerlo, sobre todo porque puede alargar el tiempo de secado del esmalte y hacer que queden vetas.
Luego, empuja suavemente las cutículas hacia atrás. Esto hace que las uñas desnudas se vean más alargadas y uniformes, y “si aplicas el esmalte encima de la cutícula, se verá grumoso y se pelará más rápido”, dice Goldstein.
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Yamamoto empieza suavizando las cutículas con un poco de Sea Breeze. Como alternativa, sugiere aplicar Cuticle Remover de Blue Cross en la base de las uñas y dejarlo reposar un minuto.
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Después usa un palito de naranjo con un trocito de algodón para empujar la cutícula hacia atrás. Si usaste quitaesmalte, limpia los restos con un paño.
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Utiliza un cortacutículas para deshacerte de los padrastros, pero deja el corte de las cutículas propiamente dicho —un paso opcional que no hace falta siempre— a los profesionales.
2. Recorta y da forma
Si vas a recortar mucho, empieza con un cortaúñas, como el de acero inoxidable de Seki Edge. Corta los lados de la punta de la uña y después el centro para nivelar las cosas.
Si lo que quieres es perfeccionar la forma, Goldstein dice que basta con limar. Las limas de cristal son menos propensas a dejar bordes irregulares y son fáciles de limpiar, explica. Si prefieres una lima de esmeril, elige una que puedas desinfectar; Goldstein recomienda las de CND y ORLY, y tanto a ella como a Yamamoto les gusta la gama de limas de Flowery. Sea cual sea el tipo que utilices, Goldstein señala que lo mejor para las uñas naturales es un grano de 180 a 240.
Para dar forma a las uñas, Yamamoto recomienda limarlas en un ángulo de 45 grados. Muévete en la dirección del pulgar con movimientos suaves y sencillos. Termina cada uña con una pasada en la dirección opuesta. “No serruches la uña natural hacia adelante y hacia atrás”, advierte la manicurista en Londres Lauren Michelle Pires, de 34 años, pues esto provoca descamación y peladuras. Si quieres que tus uñas queden cuadradas, lima con cuidado la parte superior y luego da forma a los lados limando suavemente hacia arriba. Para una uña más redondeada, sigue la curva de las yemas de los dedos.
3. Pulir
Pulir ligeramente la superficie de las uñas puede darles un brillo natural. También puede ayudar a que el esmalte se adhiera mejor, si decides añadir alguno. Yamamoto recomienda los pulidores de tres pasos, que tienen tres niveles de aspereza: Manucurist ofrece una buena opción. Empieza con el lado más áspero para eliminar las zonas más rugosas, sigue con el lado medio para alisar toda la superficie y, por último, añade brillo con el lado más suave. Con cada nivel, Yamamoto aconseja mover el pulidor por la uña de manera horizontal para ayudar a suavizar las rugosidades verticales. Después, “utiliza el borde del pulidor”, dice, “para pulir los pliegues” donde los lados de las uñas y la piel se encuentran.
4. Alisa y suaviza tus manos
Empieza por exfoliarlas para eliminar la piel muerta. “Me gusta hacerlo dos veces por semana”, dice Goldstein, quien confía plenamente en el efecto suavizante del exfoliante Malibu Salts of the Earth de Osea. Después masajea tus manos con una crema hidratante, prestando especial atención a la zona de las cutículas. Goldstein utiliza una gotita de crema de manos enriquecida mezclada con dos gotas de aceite de vitamina E; para la primera, Yamamoto recomienda la crema hidratante de Cetaphil y la crema de manos Intense Repair de Cicabiafine. Si piensas aplicar esmalte, elimina el exceso de humedad de las uñas con un algodón con alcohol, agrega Pires.
5. Si quieres, aplica esmalte
Si prefieres las uñas sin esmalte, Yamamoto sugiere darles un brillo sutil con un suero o un aceite como el Nail Oil Basic de la marca japonesa Uka. Para una manicura más colorida:
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Si vas a pintarte las uñas de un color claro o transparente, primero aplica una capa de base. Los favoritos de Yamamoto incluyen fórmulas de Uka y Zoya.
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Cuando sea hora de aplicar el esmalte principal, evita que gotee limpiando un lado de la brocha dentro del cuello del frasco después de cada pasada; así controlarás mejor hacia dónde va el esmalte.
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Pinta tus uñas en tres pasadas: empezando justo encima de la cutícula, pasa la brocha una vez por el centro, otra por el lado derecho y otra por el izquierdo. “Más de esto”, explica Pires, “y el esmalte podría quedar grumoso o demasiado espeso para secarse”. Si aplicas una capa fina en todas las uñas, tendrás suficiente tiempo de secado entre capa y capa. Para la mayoría de los colores, aplica dos capas.
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Por último, añade un esmalte transparente: dos capas completas, de acuerdo con Goldstein, seguidas de un toque adicional en la punta de cada uña, una zona vulnerable al resquebrajado. Seche Vite es una buena opción protectora, y a Yamamoto le gusta el Gel Couture Longwear Top Coat de Essie.
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Independientemente de qué mano utilices para pintar, Goldstein aconseja mover tu mano dominante en la dirección que necesites, manteniendo la otra recta y casi inmóvil.
6. Cuida tu manicura
Hidratar tus manos con regularidad y aplicarte aceite para cutículas como parte de tu rutina nocturna te ayudará a mantenerlas sanas y suaves. “Si al cabo de unos días tu manicura ha perdido brillo, puedes ponerte una capa nueva”, dice Pires. “Y si vas a lavar los platos o a limpiar, usa siempre guantes”.